Conversaciones tensas
Hablar con Evan era como navegar por una niebla espesa: cada intento de hablar incluso de cosas sencillas se topaba con rodeos. Cuando saqué el tema: “Oye, ¿te acuerdas de nuestra excursión al lago?”, sólo murmuró: “Sí”, sin añadir nada más. Tenía la esperanza de que evocar buenos recuerdos encendiera una conexión, pero en lugar de eso, pareció alejarse aún más. Era como hablar con un desconocido, y me dolió profundamente ver cómo nuestro vínculo, antaño fuerte, se deshacía en un frágil hilo de silencio.

Conversaciones tensas
La llegada de una carta misteriosa
Una tarde, el familiar tintineo del buzón llamó mi atención, y cuando me acerqué esperando las habituales facturas o folletos, me llamó la atención un extraño sobre dirigido a Evan. No tenía remitente y estaba escrito con una letra desconocida. Despertada mi curiosidad, lo dejé sobre la encimera de la cocina, preguntándome por su significado: me parecía el comienzo de un nuevo rompecabezas, uno que podría contener por fin las respuestas al repentino cambio de Evan.

La llegada de la carta misteriosa