Miradas silenciosas
Cuando me aparté, noté algo extraño entre los demás motoristas: intercambiaban miradas, sus ojos parpadeaban entre el dúo de bocazas y el camionero. Pero no eran simples miradas casuales; había algo más profundo, un entendimiento tácito mezclado con malestar. Sus ojos contenían una mezcla de preocupación y reconocimiento, como si supieran algo que Jake y Travis ignoraban. Sin embargo, los dos seguían riéndose, ajenos a la tensión que les rodeaba. Me picó la curiosidad y me incliné hacia ellos, ansiosa por descubrir el secreto que la multitud parecía compartir.

Miradas silenciosas
Recomendaciones de Bill
Bill, un motorista experimentado que había recorrido más kilómetros de los que la mayoría había vivido, me dio un codazo suavemente. “Vamos a mirar a ver cómo acaba esto”, murmuró, con un tono de tranquila advertencia. Había algo en su voz, algo que daba a entender que sabía más de lo que decía. Confiaba en el juicio de Bill; sus instintos nunca me habían llevado a equivocarme. Mientras tanto, las risas continuaban, ajenas y despreocupadas, pero sus palabras se me quedaron grabadas. Fuera lo que fuese lo que estaba a punto de ocurrir, todo el mundo parecía intuirlo, excepto los dos interrumpidores.

Recomendaciones de Bill