La conducción sospechosa de Evan
Evan conducía por la ciudad mirando con frecuencia y nerviosismo por el retrovisor, como si presintiera que alguien le seguía. Cuanto más nervioso parecía, más aumentaba mi ansiedad. Con cada giro, sus movimientos parecían calculados, como si intentara librarse de un perseguidor, sin saber que la persona que le seguía era su propia hermana, desesperada por descubrir qué estaba pasando realmente en su vida.

Conducción sospechosa de Evan
El edificio anodino
Al final, Evan se detuvo junto a un edificio sencillo y anodino. Le vi entrar a toda prisa, con los ojos desorbitados, como si estuviera protagonizando una película de espías. Me quedé atrás, con la mente llena de preguntas: ¿qué estaba pasando realmente? ¿Era sólo trabajo o algo mucho más serio? El aburrido exterior del edificio no delataba nada, y esperé ansiosa, deseando encontrar alguna pista sobre la misteriosa visita de Evan.

El edificio anodino